DANIEL DOMÍNGUEZ
La carrera es uno de los ejercicios más completos que existen porque proporciona fuerza muscular, condición física y se oxigena el cuerpo, de ahí que sea la base de toda preparación física para cualquier deporte que se quiera practicar.
Mucha gente comienza a correr sin reparar en la importancia que tiene el establecer una rutina adecuada a sus condiciones y estado físico, así como aprender la técnica correcta en cuanto a pisada se refiere. Esto es fundamental para empezar a obtener buenos resultados, evitar lesiones y tomarle el gusto a la carrera.
Preparar un marco de entrenamiento es sencillo, pero depende tanto de la condición de la persona como de sus metas y los plazos que se ha puesto para cumplirlas. En cualquier caso, lo más recomendable es comenzar con caminatas y trotes ligeros e ir aumentando la intensidad conforme se gana condición y musculatura.
Es aconsejable comenzar a entrenar en lugares planos y lisos. Los corredores con más experiencia y kilómetros acumulados pueden optar por entrenar en lugares altos que les permitan mejorar su capacidad física.
Las pendientes pronunciadas, los vados y todas aquellas superficies que exijan un esfuerzo adicional son excelentes debido a que aumentan el ritmo cardiaco y, periódicamente, otorgan una capacidad pulmonar lo suficientemente importante como para pensar en carreras de fondo más intensas.
La forma más rápida y efectiva de alcanzar un rendimiento físico óptimo es la técnica de los sprints en intervalos. Se trata de correr a ritmo ligero durante una determinada cantidad de tiempo y aumentar al máximo de velocidad durante un par de minutos para regresar al ritmo original, haciendo las repeticiones que se puedan en media hora o cuarenta minutos.
Otra parte fundamental del acondicionamiento es combinar el ejercicio aeróbico con una rutina de pesas diseñada para aumentar la masa muscular. Contrario a lo que se cree, la fortaleza no hace al corredor lento ni pesado, sino que le brinda la fuerza necesaria para lograr mayor potencia en sus pasos; basta ver a los deportistas profesionales para darse cuenta lo importante que es tener la masa muscular suficiente para mantener el mismo ritmo en toda la carrera.
Por último, es importante considerar los periodos de descanso. Podemos pasar meses preparándonos para una prueba; sin embargo, para no echar a perder el trabajo y el esfuerzo de semanas es fundamental hacer un plan de descanso activo que consiste en una serie de ejercicios de bajo impacto que tienen como objeto relajar los músculos sin que pierdan fuerza.
Dependerá de la competencia realizada y del desgaste que se ha tenido para establecer los días de descanso que debemos darle al cuerpo, generalmente se debe establecer una rutina de una semana de caminata o trote ligero, que permitan que el cuerpo se reponga.
