Kenia convulsionó tras récord de Eliud Kipchoge

Eliud Kipchoge tras cruzar la meta
Eliud Kipchoge tras cruzar la meta
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EFE
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| 12 Oct, 2019

 Haciendo honor a su repetido eslogan "ningún ser humano tiene límites", el fondista keniano Eliud Kipchoge se convirtió este sábado en el primer ser humano en correr 42 kilómetros en menos de dos horas; una hazaña inimaginable festejada en las calles por decenas de miles de kenianos.

"(Kipchoge ha sobrepasado) una barrera que se encontraba tan alejada del imaginario colectivo que hasta hace unos años ni siquiera se planteaba", reconoció desde la ciudad de Eldoret Marc Roig, fisioterapeuta del equipo NN Running con el que Kipchoge entrena en el norte de Kenia.

En esta urbe, localizada a tan solo 25 kilómetros del campamento de entrenamiento de Kaptagat, miles de kenianos se aglomeraron al aire libre frente a una pantalla gigante a fin de acompañar con la mirada a su idolatrado héroe, quien estableció su nuevo récord en 1h:59:40.

Ya en 2017, en el circuito automovilístico de Monza (Italia), Kipchoge se quedó a tan solo 25 segundos de lograr este hito; no contabilizado por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF). como un nuevo récord mundial -al igual que la marca de hoy- a causa de las ayudas externas recibidas durante la carrera.

"Todos los kenianos están muy entusiasmados con que Eliud logre lo que ningún otro humano ha hecho antes", declaró al medio keniano CitizenTV la mujer de Kipchoge, Grace Sugutt, por primera vez siguiendo en vivo desde Viena una de sus carreras y convirtiéndose en la primera persona a quien el actual récord mundial de maratón (2h01:39) abrazó nada más cruzar la meta.

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Lejos de Europa, en el corazón de Nairobi, cientos de personas -sobre todo de la etnia kalenjin, a la que al igual que Kipchoge pertenecen algunos de los mejores atletas del mundo- corearon cánticos de victoria y danzaron con alegría poco después de ver retransmitido su logro.

"La gente está llorando", detalló de forma anónima un keniano a través de su cuenta de Twitter, "gracias Eliud Kipchoge por situar a Kenia como un lugar de esperanza donde los sueños se cumplen. Se ha hecho historia".

Kenianos celebrando la hazaña de su compatriota

Kenianos celebrando la hazaña de su compatriota|EFE

Ligero, sonriente y a una velocidad media más propia de un sprint; con un promedio de 17 segundos por cada 100 metros, y de 2 minutos 50 segundos por kilómetro, Kipchoge atravesó esta mañana la línea de meta en Viena distanciándose de las 'liebres' -un grupo intermitente de 7 corredores- que le habían ido marcando el ritmo.

"Todo suma un poquito, pero al final es él, Kipchoge, quien tiene que responder. Las 'liebres' ayudan a quitar el viento y a marcar el ritmo, pero al final solo él completa la distancia total", especificó Roig sobre la logística detrás de esta carrera diseñada a medida.

Kipchoge corrió de forma constante detrás de un vehículo que con luz láser señalaba dónde debían situarse las 'liebres'- una selección de atletas de primer rango, como los tres hermanos noruegos Ingebrigtsen o el etíope Selemon Barega-; además de contar con avituallamiento y un circuito completamente llano.

"Su objetivo principal era demostrar que se trataba de una barrera más mental que física y que él estaba capacitado para batirla", resumió el fisioterapeuta, que convive día a día con el fondista en el campamento de Kaptagat.

Por su parte, el presidente keniano, Uhuru Kenyatta -quien ya había llamado a Kipchoge antes de la carrera para darle ánimos- se sumó más tarde al furor general, reconoció que se había hecho historia y añadió que su país se siente "orgulloso" de su hazaña.

"Tu victoria de hoy inspirará a decenas de futuras generaciones a soñar en grande y aspirar a la grandeza", sentenció Kenyatta vía Twitter.

Un hito impensable para muchos, sin embargo, alcanzado por quien pese a sus 34 años, y muy consciente de la fragilidad del cuerpo humano, nunca dudó de la fortaleza de su mente ni de la verdad de su mantra.

"He puesto mi cabeza y mi corazón en correr el maratón en menos de dos horas con el fin de hacer historia y de enviar a todo el mundo el mensaje de que ningún ser humano tiene límites", recordó incansable este sábado un extasiado Kipchoge.

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