Haile Gebrselassie, atleta etíope considerado por muchos como el mejor corredor del mundo, compartió con RÉCORD su filosofía de triunfo.
"Primero: entrena suficiente. Después cree en ti mismo y repite las palabras: yo puedo hacerlo.", expresó.
Correr en su país es más que una cultura, es parte de la vida. Haile forjó su carrera desde que era un niño de 4 años, cuando tenía que correr 10 kilómetros diarios.
"Al principio, correr era solamente parte de mi vida diaria. Tenía que correr, no lo hacía porque quisiera, era un deber, tenía que ir a la escuela, regresar a casa, ayudar a mis papás. Correr era parte de eso, pero a los 14 años dejó de ser una actividad de mi día a día y se convirtió en un deporte, empecé a correr para competir.", comentó el atleta.
Otro pilar fundamental en la forma de pensar de Haile es la fe. Para él, creer en uno mismo es un factor determinante en el éxito.
"No sólo es creer en Dios o en algo, se trata de creer en uno mismo, de poder decirte: yo puedo hacerlo, esto es lo que apasiona, esta es mi meta y esto es lo que tengo que hacer. La fe empieza creyendo en uno mismo. Los deportistas deben de aprender que ellos son lo más importante, no el entrenador, ni la familia, que sí pueden ser un apoyo moral, pero no sirven de nada si no crees en ti mismo" compartió Gebrselassie.
Tras retirase de las competencias élite en 2013, el etiope anunció a través de Twitter: "Puedo empezar a pensar y trabajar en récords mundiales de la categoría masters" y cumplió muy rápido su objetivo, estableció su primer récord de masters en 10 millas con un tiempo de 46:59m en Suiza y 28:00m para 10K en Inglaterra en mayo del mismo año.
MARATÓNICA ANÉCDOTA
Su primer maratón lo corrió a los 16 años, por accidente, sin haber entrenado. Gebrselassie había ido a la capital de Etiopía a participar en una competencia de 10K. Cuando llegó, se enteró que se había cancelado y sólo se correría la distancia de maratón. "Para mí era difícil regresar a casa sin haber competido. Así que brinqué al maratón y lo terminé muy mal: en 2 horas y 48 minutos", recordó el atleta, quien sonrió al mencionar que no pudo caminar durante toda la semana siguiente.