Una regla fundamental del proceso de entrenamiento es que el calentamiento debe preceder toda actividad, principalmente si ésta es intensa, ya que esto ayuda a aumentar la temperatura corporal, incrementar ritmo respiratorio, incrementar el ritmo cardiaco y disminuir el riesgo de lesiones.
CALENTAMIENTO
Se compone de ejercicios que permiten obtener un estado óptimo de preparación física y motriz; también sirve para prevenir lesiones y tiene como objetivo armonizar el conjunto de sistemas funcionales que contribuyen a determinar la capacidad de rendimiento del deportista.
Algunos efectos de este principio son el aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la presión sanguínea, incremento del volumen sanguíneo en circulación, aumento de la frecuencia y amplitud de la respiración en función de la intensidad del esfuerzo.
El calentamiento no solo conduce a una mejora de la predisposición física, sino también a una predisposición psíquica para el rendimiento.
Se puede esperar también una mejora del rendimiento de la atención y, especialmente, de la percepción visual del atleta.
ENFRIAMIENTO
El enfriamiento es tan importante como el calentamiento. Una actividad ligera después del trabajo principal favorecerá la regeneración del deportista, ayudando a la circulación y a la eliminación de los productos de desecho. También tiene como objetivo facilitar la relajación muscular mediante la eliminación de dolores.