Después de 623 días la Monumental Plaza de Toros México reabrió sus puertas a la fiesta brava con una corrida. Los matadores Joselito Adame, Diego Silveti y Roca Rey, lideraron la cartelera enfrentándose a seis toros de Tequisquiapan de la casa de Fernando de la Mora. Sin embargo, no todos estuvieron de acuerdo con la reapertura.
Alrededor de 500 personas se congregaron en las inmediaciones de la Plaza de Toros en la Ciudad de México exigiendo el cese de las corridas de toros, práctica que fue suspendida desde el 2022 por las autoridades locales y que, según los manifestantes, ha retomado su curso.
Bajo el grito de "Esa Plaza se va a caer", manifestantes se acercaron a la puerta principal de la histórica Plaza de Toros para exigir el fin de la Tauromaquia en la Ciudad de México. Algunos de ellos incluso intentaron derribar la puerta del recinto. Con pancartas, mantas y altavoces, los inconformes expresaron su repudio hacia lo que consideran un "asesinato" de animales en nombre del entretenimiento. "El matar toros no es ni cultura ni tradición", se leía en una de las mantas que encabezaban la protesta.
Aunque el trayecto fue en su mayoría tranquilo y vigilado discretamente por la Policía Capitalina, la tensión aumentó a las puertas del recinto taurino. Insultos dirigidos a los asistentes se intensificaron, llegando a un punto álgido cuando algunos manifestantes encararon a aficionados, calificándolos como 'asesinos'. Los agentes de seguridad tuvieron que escoltarlos adentro del recinto.
Se espera que, después de las 14:30 horas, mientras se desarrolla la corrida al interior de la plaza, los manifestantes organicen una serie de eventos "político-culturales" en los alrededores. Estos eventos tienen como objetivo concientizar a los habitantes de la Ciudad de México sobre la importancia de evitar el consumo de este tipo de espectáculos, argumentando que ello contribuiría al bienestar de los animales.