El serbio Novak Djokovic estuvo contra las cuerdas, dos sets abajo frente al italiano Lorenzo Musetti, de 19 años y 76 del ránking, pero remontó a medida que su rival, debutante en un Grand Slam, se iba diluyendo y que acabó por retirarse, y se metió en sus decimoquintos Cuartos de Final en Roland Garros.
El número 1 del mundo fue un juguete en manos de un tenista desconocido durante 2 horas y 20 minutos, el tiempo que duraron los dos primeros parciales. Pero sólo necesitó otros 68 minutos para dar la vuelta al marcador, 6-7(7), 6-7(2), 6-1, 6-0 y 4-0 cuando el italiano prefirió marcharse. En total, 3 horas y 28 minutos.
Le habían tratado del brazo derecho al inicio del segundo set y cuando el marcador ya parecía imposible el italiano optó por no forzar más.
El tenis sólido del transalpino, fluido, rápido, potente, elegante desde el revés a una mano que siempre luce, sorprendió al serbio, desdibujado y que, con gestos de sorpresa, revelaba lo que todo el mundo estaba viendo en la Philippe Chatrier: que su supervivencia en París dependía de lo que le durara la inspiración a su rival.
Djokovic, que busca sus segundo título en París y que desde el día del sorteo apunta a las Semifinales contra el español Rafael Nadal, que persigue el 14º, no le perdió la cara al partido.
Djokovic se llevó un susto antes de clasificarse por 49ª vez para unos cuartos de final de un Grand Slam, donde le espera otro italiano, Matteo Berrettini, que ni siquiera tuvo que jugar sus cuartos porque el suizo Roger Federer, muy disminuido físicamente tras dos operaciones de rodilla y más de un año alejado de las pistas, decidió no forzar más su físico y se retiró del torneo.
El número 9 del mundo, finalista del reciente Masters 1.000 de Madrid, sólo se ha enfrentado una vez contra el serbio, en la Copa de Maestros de 2019, con triunfo en dos sets para Djokovic.