Los organizadores de Tokio 2020 anunciaron este lunes que no habrá público en ninguna de las sedes deportivas de los Juegos Paralímpicos que comenzarán el día 24, pero dejaron la puerta abierta a la presencia de escolares bajo un programa especial.
Dada el alza de contagios, el estado de emergencia vigente en Tokio y las colindantes prefecturas de Saitama y Chiba, además de la petición para declararla en Shizuoka, donde también hay sedes, "se tomarán medidas más estrictas" en las competiciones que se desarrollen allí, "incluida la ausencia de público", señalaron en un comunicado.
El texto, publicado tras una reunión a cuatro bandas entre el comité organizador de los Juegos, representantes del gobierno central y de Tokio, y el Comité Paralímpico Internacional (CPI), también pide a los ciudadanos que se abstengan de acercarse a los bordes de las carreteras y otros emplazamientos para ver las competiciones, como ya ocurriera durante los Juegos Olímpicos.
Los organizadores de los Paralímpicos no descartaron, no obstante, seguir adelante con un controvertido programa que permite la asistencia de un determinado número de colegiales a competiciones en el caso de que las autoridades locales o instituciones escolares lo soliciten, explicaron en el escrito.
"En el caso de que se produzcan cambios importantes en la situación de las infecciones, celebraremos de inmediato otro encuentro a cuarto partes para abordar el asunto", añadieron.
Los organizadores se disculparon con quienes compraron entradas para los Juegos Paralímpicos y pidieron compresión. "Esperamos que comprendan que estas medidas son inevitables y se están implementando para prevenir la propagación de las infecciones".
Tokio 2020 pospuso la decisión sobre el público en los Juegos Paralímpicos hasta después de que terminaran los Olímpicos, para evaluar la situación de la covid-19 en el país, que atraviesa su peor ola desde el estallido de la pandemia.
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El archipiélago está registrando cifras diarias récord que superaron por primera vez los 20.000 la semana pasada y rondan o superaron los 5.000 en Tokio en los últimos días y que han llevado al límite su sistema sanitario y el de otros centros urbanos.
Shizuoka fue una de las pocas prefecturas que sí permitió cierto número de espectadores en las competiciones olímpicas disputadas allí a finales de julio, pero decidió descartar esta opción para los Paralímpicos por el empeoramiento de los contagios.