La elección de Fukushima como punto de partida para el relevo de la antorcha olímpica de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 ha vuelto a poner el foco sobre los altos niveles de radiación que aún se dan en la región a raíz de la catástrofe nuclear de 2011.
Tras su tradicional recorrido en Grecia, la llama olímpica será trasladada a Japón y comenzará el 26 de marzo de 2020 en Fukushima (centro del país) un periplo que atravesará las 47 prefecturas niponas hasta el encendido del pebetero el 24 de julio en el Estadio Olímpico de Tokio.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: ROMMEL PACHECO: 'LA MEDALLA OLÍMPICA ES LA ÚNICA QUE FALTA'
El punto de partida del tramo nipón del relevo será el J-Village, unas instalaciones de entrenamiento de fútbol a 25 kilómetros de la accidentada central de Fukushima Daiichi y que sirvieron de base logística tras la catástrofe, según el itinerario detallado de la antorcha olímpica desvelado a mediados de mes.
La ONG ecologista Greenpeace alertó a comienzos de mes que había detectado puntos con "altos niveles de radiación" en el propio J-Village pese a que la zona fue objeto de "extensivos trabajos de descontaminación" antes de abrirse al público, en una carta remitida a las autoridades niponas y al Comité Olímpico Internacional.
Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente nipón reconoció la existencia de "puntos calientes" de radiación en el J-Village y afirmó que había tomado medidas para solventar el problema, aunque según sus propios datos ciertos lugares seguían superando el límite de seguridad.