En las culturas prehispánicas, el jaguar era una auténtica deidad para los pueblos originarios. Cientos de años después, el neozelandés Mitch Evans hizo de Jaguar el nuevo reinante de México en la Fórmula E.
El volante de 25 años fue sublime, se supo apartar de una trompicada carrera en el Autódromo Hermanos Rodríguez y sumó la segunda victoria en la historia de Panasonic Jaguar Racing en el campeonato eléctrico de la FIA.
"Ustedes chicos forjaron esto”, dijo Evans para adjudicar la victoria en el Autódromo Hermanos Rodríguez a sus compañeros de equipo.
El nacido en Auckland el 24 de junio de 1994, consumó su segunda victoria en el campeonato eléctrico tras lo hecho en Roma la temporada pasada, con lo que se convirtió en el primer piloto de la escudería en conseguir dos triunfos en la Fórmula E.
“El trabajo que hemos realizado entre estas dos últimas carreras ha sido absolutamente increíble", dijo Evans después de cruzar la línea de meta.
“Obviamente, después del dolor en Santiago, los muchachos hicieron un trabajo increíble, me dieron un auto que ha sido dominante durante la carrera. Tenemos una buena calificación, y ahora tenemos un buen auto de carrera tan enorme gracias a todos en el equipo y se siente tan bien”, señaló.
Fue así que Evans hizo rugir nuevamente al jaguar, ahora no entre los templos sagrados de la época prehispánica, sino en la casa predilecta del automovilismo en México, donde su nombre quedó labrado para la posteridad.
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