Nick Kyrgios cumplió con convicción en su estreno en el Abierto de Australia después de superar al británico de la previa Liam Broady por 6-4, 6-4 y 6-3.
El tenista de Canberra brindó espectáculo al público de la John Cain Arena, levantó a los espectadores de sus asientos tras ejecutar un servicio por debajo y entre las piernas durante una primera manga que dominó con una temprana rotura.
Incluso, fue captado tomando cerveza de un aficionado en uno de sus festejos. El salto a lo Cristiano Ronaldo también se presentó.
Todas estas situaciones no fueron tomadas a pecho por parte de su rival, Liam Broady, quien entendió que no se trataba de algo personal sino que era "parte del espectáculo".
“Sé cómo es Nick y vi a algunos de los muchachos en los casilleros antes, que dijeron: '¿Estás listo para la falta de respeto?'
“No creo que sea personal. Si sintiera que fue personal y malicioso, entonces probablemente sentiría que se pasó de la raya. Pero nuestro trabajo es entretener a la gente y que disfruten del tenis que vienen a ver. Él hace eso y todo el respeto hacia él", dijo el británico tras la derrota.
“A veces te hace sentir estúpido con los tiros que pega, con los servicios debajo del brazo a través de las piernas, los pequeños globos, los golpes y luego los grandes golpes. A veces te sientes un poco como un jugador de club. Eso es lo que hace", apuntó.
El siguiente rival de Kyrgios será el ruso Daniil Medvedev (1), que venció por su parte al suizo Henri Laaksonen en tres mangas también.
