Alejandra Orozco es la bandera de los clavados mexicanos. Con experiencia olímpica, medallas en todas las competencias mayores de la disciplina y un futuro prometedor, la tapatía sigue sumando éxitos luego de una trayectoria que comenzó desde abajo, como voluntaria en Guadalajara 2011.
Este sábado, la saltarina de 26 años de edad subió al podio en Santiago de Chile tras quedar en segundo lugar en la plataforma individual de 10 metros, prueba que la motiva de cara a París 2024, su cuarta justa veraniega.
Pero el camino de Ale se ha construido gracias al trabajo y a las ganas de ser una leyenda del olimpismo tricolor. De momento, Orozco ya tiene dos preseas de Olímpicos, una plata en Londres 2012 y hace un par de años se colgó el bronce en Tokio, ambas desde la plataforma.
"Valoro mucho el camino que ha pasado para llegar aquí, desde que fui voluntaria y cuando viví los Juegos Panamericanos desde el otro lado de la alberca”, dijo a la agencia AP. “Recuerdo que esa experiencia me motivó para soñar con estar aquí y lo conseguí”.
Con la inspiración de figuras como Paola Espinosa, con quien compartió un sinfín de competencias, la tapatía se enamoró de los clavados y comenzó a prepararse para ahora ser la cara del deporte nacional.
“El verlo desde el otro lado de la alberca, el ver como se llevaban los oros en mi ciudad, en mi casa fue algo que me motivó mucho, ahora vivo las cosas de otra manera con resultados deportivos que son propios, pero esa experiencia tuvo un sabor especial en mi vida”, añadió.
No rendirse ha sido clave en la trayectoria de Ale, pues el éxito no se construye desde la victoria, sino con las derrotas que te obligan a mejorar día a día.
“Me siento contenta con el trabajo hecho, han sido muchos años y ahora cada que me paro en la plataforma estoy valorando el poder estar ahí. He tenido grandes competencias, pero también otras donde me fue muy mal, la cuestión es siempre levantarse”, concluyó.