Cuando el Imperio Romano arribó a Grecia para arrasar con ella tras la batalla de Corinto en el año de 146 a.C., los invasores quedaron cautivados con la belleza de su cultura, tal y como ocurrió con la irrupción de Stefanos Tsitsipas en el Abierto de Acapulco. La estética de su juego dejó atónitos a los aficionados mexicanos, que no pararon de agradecerle cada una de sus pinceladas en su triunfal debut ante Benoit Paire.
Una hora y 8 minutos de arte en su máxima expresión duró el espectáculo del nacido en Atenas, Grecia. Se impuso en dos sets corridos por parciales de 6-3 y 6-1 para inclinar la balanza a 2-1 en su rivalidad de por vida con el galo con quien perdió en Metz en 2017 y venció dos años después en Washington.
Lo logró al romper el servicio de Paire en cuatro de cinco oportunidades que tuvo, con un 84% de efectividad en los puntos ganados en su primer servicio y un 100% de salvamentos en los break points que enfrentó en el juego.
El ateniense fluyó en la pista del Estadio Pegaso con una cadencia marcada por la sinfonía de los aplausos y gritos de apoyo provenientes desde la tribuna, donde el escaso público mexicano debido a la pandemia, se entregó a su estético juego. Stefanos le quebró tan pronto como en el segundo game al francés, quien comenzó a desesperarse ante los cambios de ritmo y la desconcertante diversificación de los tiros del griego, quien terminó por ganarse con relativa facilidad la primera manga.
Tsitsipas bien concretaba un poderoso ace, bien aprovechaba su prodigioso revés a una mano para alejar la pelota de la envergadura de Paire. Y ni qué decir de la facilidad y precisión con la que tiraba drop shots para maniatar al galo de 31 años. Una doble falta de Aviñón, Francia, que como consecuencia significó el quiebre para Tsitsipas apenas en el primer game de la segunda manga desató su furia y aventó su raqueta, para ganarse los abucheos del graderío, que lo adoptó definitivamente como el villano perfecto para engrandecer a su nuevo ídolo.
Paire desaprovechó dos oportunidades de break en el sexto juego y acercó un poco más a Tsitsipas a su irremediable triunfo. Con su victoria, Stefanos ahora se medirá en la segunda ronda ante el estadounidense John Isner.