Su amor por el bádminton nació a los ocho años de edad cuando jugó por primera vez con la raqueta y el gallito. Desde entonces, Lino Muñoz ha ido contracorriente haciendo historia para México.
"Jamás pensé que iba a representar a México en unos Juegos Olímpicos, poco a poco fui escalando hasta que fui campeón nacional, campeón centroamericano, entonces me doy este tope de realidad de que digo los Juegos Olímpicos son uno de mis sueños, nadie ha ido, quiero estar ahí, quiero poder desfilar representando a mi país, competir.
"Al final creo que es más amor al deporte, son esas ganas de querer alcanzar tus sueños, de querer cumplir esas metas porque lo hicimos con condiciones precarias en muchos momentos, cambiando de entrenadores cada tres meses, no tener un centro donde entrenar y andar rebotando por todos lados para entrenar y sin embargo seguimos entrenando. Seguir aquí es lo que más resalto", platicó Muñoz en entrevista con RÉCORD.
El badmintonista mexicano hizo historia en Río 2016 al convertirse en el primer hombre mexicano en participar en Juegos Olímpicos. Ahora en Tokio 2020 buscará meterse entre los primeros 16 del mundo.
"En mis primeros Juegos Olímpicos clasifiqué en último lugar, estaba en reserva uno y gracias a que la plaza de Oceanía fue declinada, pude clasificar. Sin embargo, no fue la forma en la que lo soñé, era un paso pero siempre quise mejorar esa clasificación y obviamente esa participación.
"El objetivo para Tokio era clasificar de una buena manera y demostrar que no estoy ahí no solamente para participar sino para ganar partidos. Mi objetivo es pasar de Grupos, estar entre los primeros 16 del mundo y para eso hay que ganarle a uno de los primeros 12 del mundo, que es una tarea difícil, pero es para lo que estamos entrenando y a lo que aspiramos", explicó Lino, quien finalizó en el lugar 14 de Singles en su debut olímpico.
POR AMOR AL DEPORTE
Lino Muñoz ha sorteado mil batallas para abrirse camino en el bádminton, deporte que no tiene gran tradición en México y, por tal motivo, la falta de apoyo ha sido una constante.
Sin embargo, su gusto por este deporte y deseo de poner en alto el nombre de México ha sido su más grande motor para no desistir.
"Me estaba acordando cuando tenía 18 años que fui por primera vez a Asia, arriba de las canchas había un cuartito que tenía un colchón en el piso y aire acondicionado porque hacía mucho calor, me invitaron a esa academia y me dieron un buen precio pero solamente podía quedarme ahí.
"Ahora que lo veo, me sorprendo, viví ahí siete meses y ningún día tuve como ese pensamiento de qué lugar tan malo o cómo es posible que estoy viviendo ahí. En este momento no lo haría, pero creo que fue ese amor por el bádminton, por querer subir de juego, por querer hacer las cosas bien, que me llevó hasta donde llegué", recordó Lino en entrevista con RÉCORD.
Viendo en retrospectiva, al badmintonista mexicano le hubiera gustado tener un entrenador que guiara su carrera deportiva.
"Siempre fue ir descubriendo poco a poco, ir cometiendo errores en el camino para ir viendo qué era lo mejor para mí, porque el bádminton no es un deporte que tenga una trayectoria muy marcada. Siempre tuve gente que me fue ayudando, pero sí creo que hubo momentos en los que no supe qué hacer.
"Hay momentos claves, en los que tienes que estirar la liga lo más que se pueda y creo que en esos momentos no confié en mí, en que podía llegar a hacer las cosas que quería, por esa falta de guía", mencionó el medallista de Juegos Panamericanos y Centroamericanos.