Estados Unidos tiene una rutina en los Juegos Olímpicos: conseguir la medalla de oro del basquetbol. Por cuarta cita consecutiva, no se le escapó ante una Francia que no fue capaz de repetir la hazaña de la primera jornada, pero no se dejó ir (82-87) y obtuvo la tercera plata olímpica de su historia.
Discutidos en su preparación, derrotados en su estreno olímpico precisamente por Francia, siempre bajo la lupa por si en esta ocasión es la de la debacle de las estrellas de la NBA, los de Gregg Popovich fueron armándose durante el campeonato y ante cualquier dificultad, de nuevo fueron rescatados por Kevin Durant.
El jugador clave de esta selección, aquel al que 'Pop' no habría dudado en rogar para que se embarcara en el viaje a Tokio, tampoco falló en la Final. Su liderazgo en los momentos de zozobra, mucho más importante que sus ya considerables 29 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias, tiene un alto porcentaje de este oro.
Un oro que es el decimosexto oro de la historia del conjunto de las barras y las estrellas, el cuarto consecutivo desde la derrota de Atenas 2004, cuando la 'Generación Dorada' se interpuso en su camino.
No obstante, los franceses dieron la batalla en esta final matutina, en un horario (11.30 locales) más de desayuno que de plato fuerte, buscando el 'prime time' estadoundiense en un Saitama Super Arena que nunca tuvo tanto público: no solo estaban llenas las tribunas de prensa, también los asientos para invitados, con olímpicos de Gambia a Nepal, pasando por El Salvador o Antigua y Barbuda.
El duelo, iniciado con Rudy Gobert intimidando en la primera a Durant bajo el aro para colgarse, tenía un claro sabor NBA: de ocho jugadores de los diez de inicio jugaban en el campeonato estadounidense y todos habían pasado en algún momento de sus carreras por él. En consecuencia, el duelo tuvo esa dinámica: lanzamientos lejanos y poca elaboración, con poco acierto hasta que Fournier embocó el primer triple de la mañana (10-4, min. 4) y Popovich llamó a los suyos a capítulo.
Entraron los triples, y Estados Unidos empezó a defender. Tras varias pérdidas, Francia se encomendó a los balones a la pintura para que Moustapha Fall explotara sus 218 centímetros. La receta no fue más allá, porque los americanos secaron las fuentes del pívot galo y Durant y Tatum volvieron a reactivar a los suyos hasta llegar a ponerse 13 arriba (26-39, min. 15). Un triple de Yabusele nada más salir del vestuario elevaba la expectativa francesa, pero un triple de Damian Lillard y sobre todo un Durant imperial ponían otra vez a Estados Unidos en distancia (45-56, min. 23).
Gobert seguía fajándose en la pintura, hasta el punto de arruinarle un mate al propio 'KD', pero no le acompañaban sus compañeros, con ataques calamitosos que Tatum y Zach LaVine castigaban recuperando balones y yéndose a la carrera a la canasta (57-71, min. 38). Luwawu-Cabarrot y Batum descontaron desde los 6.75 metros para intentar darle emoción al último cuarto (63-71).
No le perdió la fe Francia, que encadenó puntos de Luwawu, Batum y un triple lejanísimo de Frank Ntilikina para encender las alarmas a 5:31 del final (70-73), pero de nuevo las pérdidas (19 hasta ese momento) condenaban a los galos, que veían como Holiday robaba para colgarse de la canasta. Entre eso y que Gobert fallaba el séptimo tiro libre, Estados Unidos volvía a alejarse (72-82, min. 37)
Fournier acertó de tres para el 78-84 a falta del último minuto, pero en la siguiente acción probó un triple rápido y lejano teniendo toda la posesión por delante y falló, Holiday se fue a la canasta, recibió falta y guardó el oro olímpico en el bolsillo americano. Las faltas llevarían al 82-87 final, el triunfo para los de las barras y las estrellas. Su rutina, también en Tokio 2020, es de oro.