Músico desde los 14 años, Alejandro Mejía siempre sintió la ‘espinita’ de llevar su talento como mariachi fuera de nuestras fronteras, y en 2008 la fortuna le sonrió cuando recibió una invitación para tocar durante seis meses en un restaurante… de Tokio. La cuestión es que no sabía hablar japonés ni inglés, pero con la ayuda de compañeros y un diccionario ‘sobrevivió’ y hasta conoció al amor de su vida, mujer con la que se casó y hoy tiene dos hijas.
“En esos seis meses conocí a una chica japonesa, nos hicimos novios, regresé a México unos dos o tres meses y luego regresé a Japón ya por mi cuenta a vivir con ella, y ya no regresé. Fui conociendo aquí gente, me invitaban ya a fiestas, a tocar en bodas, eventos culturales, eso era todo lo que hacía, cantar, cantar y cantar”, explicó.
Además de su habilidad musical, Alex también contó con buena suerte, pues justo en su regreso a Japón, el virus de la influenza surgió en nuestro país, y contrario a lo pensado, eso ayudó a que se quedara en tierras niponas.
“Se me fue acomodando todo sin querer, sin buscar encontré trabajo, pues en esa época surgió lo de la influenza y cancelaron la visa de todos los muchachos que iban a venir para acá a trabajar, entonces no tenían músicos mexicanos aquí en el restaurante, y yo ya estaba aquí. Para venir me pidieron un examen médico, ya casi no dejaban entrar mexicanos, yo creo fui de los últimos que entró apenitas”, señaló.
A lo largo de los años, la aventura de Alex no ha estado libre de obstáculos, como el cierre del restaurante donde laboraba, la pandemia, y el carácter formal y estricto de los japoneses que prohíbe eventos como ‘serenatas’, muy comunes en México, sin embargo, él superó todo esto y formó su propia agrupación, llamada ‘Mariachi La Fiesta’, donde incluso participan músicos japoneses, y ahora quiere llevar a su grupo por varios lugares de Asia.
“Cerraron el restaurante, fue empezar otra vez de cero, estaba en mi zona de confort, tuve que hacerme una cartera de clientes, ahora iba a vivir de eventos, busqué lugares con la gente que había conocido. A ellos les da mucha confianza que les hables en japonés, la música mexicana les gusta mucho pero no es tan requerida, los eventos grandes son dos o tres veces al año, entonces uno debe buscar sus fuentes de trabajo”, mencionó.
“He estado viendo la opción de salir a países vecinos como Corea o China, donde hay un auge de la cultura mexicana, ahorita estoy viendo en las embajadas, haciendo los conectes, allá no hay mariachis, entonces si hay eventos o algo así hay que levantar la mano”, opinó.
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