El 22 de mayo de 1969 un vuelo arribó al Aeropuerto de la Ciudad de México, proveniente de Houston, Texas con el profesor Dai Won Moon a bordo y una maleta llena de sueños e incertidumbres. El oriundo de la aldea Hap Duk, a 200 kilómetros del sur de Seúl, no solo estableció su propia escuela de lo que era llamado ‘karate japonés’ sino que estableció el Taekwondo como una disciplina de la que México se ha apropiado.
La semilla del profesor coreano tuvo grandes frutos y es que la delegación mexicana ha traído al menos una medalla a casa desde los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Guillermo Pérez, medallista de oro en Beijing 2008, cree que una presea ya es obligatoria para los taekwondoines mexicanos que están en Tokio. El hoy analista metió presión a las futuras actuaciones de Carlos Sansores y Briseida Acosta en esta edición de la justa veraniega.
“Siempre he dicho que lo que piensas cuando te dedicas al Tae Kwon Do es ser campeón olímpico, no hay algo menor o conformista. Desde que inició nuestro deporte, los atletas dejaron la vara muy alta”, dijo Guillermo Pérez en entrevista con RÉCORD. “En cada edición, el que va a Juegos Olímpicos tiene que ir a buscar medalla, no van a dar su mejor esfuerzo, van por medalla. Tienen la obligación por todo lo que ha pasado en anteriores ediciones”, añadió.
Ambos representantes darán inicio a sus participaciones esta noche (hora del centro de México) y las posibilidades de me dalla son amplias, igual que la esperanza de los compatriotas. “Lo que van a hacer Briseida y Carlos es muy importante porque tienen la responsabilidad de poner a México en el medallero, gracias al Taekwondo. Todos los que han representado a México en TKD, han obtenido medalla”, concluyó.