La campaña 2018 de Miami debe ser de resurgimiento, pues nuevamente dará la confianza a Ryan Tannehill para comandarlo, pese a la lesión de rodilla que sufrió la temporada pasada y que lo alejó varios meses del emparrillado, por lo que sus esperanzas y el boleto de avión para Atlanta recaen en lo que haga el pasador.
Los casi 1,000 kilómetros que separan la sede del Super Bowl LIII de Miami aumentan en proporciones inimaginables para los Dolphins, pues aunque tuvieron contrataciones destacadas para el nuevo certamen, sus posibilidades de viajar a la casa de los Falcons para estar en el juego de campeonato de la NFL son casi nulas, ya que no poseen un equipo bien armado para pelear por la Conferencia Americana.
Danny Amendola, Frank Gore y Brock Osweiler son elementos que aparecerán en el roster de los Delfines, todos ellos en el ámbito ofensivo, caso contrario a la defensiva, donde no tuvieron altas de renombre y se desprendieron de Ndamukong Suh, uno de sus mejores hombres.
Además soltaron a su mejor receptor (Jarvis Landry) y a su corredor estrella (Jay Ajayi), por lo que deberán reestructurar rápidamente si desean brillar este 2018 y soñar con los Playoffs.