Los ataques contra Baker Mayfield vienen en todas direcciones. El quarterback de los Browns intenta eludirlos desde la trinchera.
Mayfield ha sido objeto de constantes críticas esta semana luego de una mediocre actuación en Pittsburgh, un juego de dos intercepciones que sacó a relucir a sus detractores y avivó sus argumentos de que no es el pasador ideal para encabezar el camino de los Browns de regreso a la relevancia.
El miércoles, fue turno de Mayfield de responder.
“Me importa un bledo lo que digan”, dijo Mayfield en una conferencia por zoom. “Todo queda dentro de este edificio. Sabemos que podemos hacerlo mejor. Sé que puedo hacerlo mejor. El ruido externo no importa. Les pagan por hablar. A nosotros nos pagan por hacer nuestro trabajo”.
Tras la derrota del domingo 38-7 ante los Steelers, que devolvieron una intercepción a las diagonales en la primera posesión de Cleveland y castigaron a Mayfield durante tres cuartos, la actuación del quarterback fue duramente criticada y los Browns (4-2) fueron etiquetados como un equipo sobrevalorado en varios programas de televisión nacional.
Mayfield completó 10 de 18 envíos para 119 yardas y dos intercepciones — suma cuatro en los últimos cuatro cuartos — y un rating de 54,9 puntos antes de que el coach Kevin Stefanski lo retirara del juego por temor a que los Steelers le causaran mayor daño físico a un jugador que ya aquejaba molestias en las costillas.