Era la primer anoche de draft del año 2020 y Aaron Rodgers se relamía los bigotes por conocer a su próxima arma a la ofensiva en una generación plagada de talento en la posición de receptor. El mundo quedó impactado al ver que los Packers escalaron posiciones para tomar a Jordan Love, quien iniciaría su carrera en la NFL con el pie izquierdo gracias a la controversia que envolvió su selección. Esta tarde el quarterback de 23 años hará su debut como titular con una encomienda enorme sobre sus hombros.
Love tendrá que mantener la racha de siete victorias consecutivas de la escuadra de Green Bay en uno de los estadios más difíciles de los últimos años como lo ha sido Arrowhead Stadium y ante el hombre que está destinado a ser el quarterback del presente y el futuro en la NFL como lo es Patrick Mahomes.
Previo a su llegada al futbol americano profesional, los scouts destacaron su capacidad natural para lanzar el ovoide desde la bolsa de protección, así como la habilidad de cuidar el balón mientras analiza lo que pasa en el campo. Su velocidad es una de sus grandes virtudes, utilizándola para escapar de la bolsa de protección con la finalidad de extender la jugada.
Luego del positivo por COVID-19 que arrojó Aaron Rodgers durante la semana, Matt LaFleur optó por darle la titularidad al mariscal de campo de segundo año. El head coach de los Packers fue cuidadoso con el proceso que está viviendo el egresado de Utah State e incluso decidió alejarlo de los medios de comunicación previo al duelo contra los Chiefs.
“Creo que nuestros muchachos van a arropar a Jordan (Love)”, dijo LaFleur en conferencia de prensa. “Tenemos mucha confianza en él, es una gran oportunidad para él de demostrar lo que puede hacer”, agregó. Love tuvo nula participación en su año de novato en donde rara vez se uniformó para un encuentro.
Fue hasta la Semana 1 de la temporada 2021 cuando lo enviaron al ruedo en un partido prácticamente perdido ante los Saints en donde apenas completó cinco envíos para 68 yardas y fue capturado en una ocasión.
Lo que se antojaba como un duelo entre los jugadores más valiosos de las temporadas 2018 y 2020 ahora es una prueba de fuego para un mariscal de campo que busca demostrar que los Packers no erraron en elegirlo a él como el futuro de la organización.