Con la millonaria renovación de Russell Wilson con los Seattle Seahawks, el quarterback corre el riesgo de caer en la 'maldición del mejor pagado', pues desde el 2000 ninguno de los mariscales de campo con el mayor ingreso anual ha ganado el Super Bowl inmediato a su firma contractual.
La maldición comienza con Peyton Manning cuando firmó con los Colts, por poco más de 6 millones de dólares anuales. Trent Dilfer se coronaría con los Ravens en el Súper Domingo del 2001.
Al año siguiente, Brett Favre firmó un mejor contrato con Green Bay, pero el anillo se lo llevó Tom Brady, quien apenas percibía poco más de 300 mil dólares anuales, cifra que era nueve millones 200 mil dólares menos que el histórico mariscal de los Packers.
Entre los jugadores que han estelarizado esta lista en más ocasiones es Manning (2000, 2002, 2003, 2008, 2009 y 2011), seguido de Aaron Rodgers (2013, 2014, 2015, y 2018) y Brett Favre (2001, 2004 y 2005). Rodgers no han vuelto a ser Campeón de la NFL, y tanto Peyton como el 'General' ya están retirados.
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Finalmente, en los tres últimos años la etiqueta ha ido cambiando de manos. En 2016 fue Andrew Luck, cuyo destino fue una temporada sin Playoffs, otra lesionado y una en la que sólo ganó un partido en enero.
En 2017, Matthew Stafford fue el mejor pagado, y a partir de allí ha tenido dos temporadas con récord perdedor. Finalmente, Aaron Rodgers no clasificó a Postemporada el año pasado.
Wilson y Seahawks tratarán de romper la 'maldición' la próxima campaña coronándose en el SB LIV.