De nueva cuenta, Dallas se presenta como uno de los favoritos en la Conferencia Nacional, pero la pregunta más allá de si Dak Prescott es el quarterback idóneo, debería cambiar a si el equipo es capaz de pegarle a las potencias en Postemporada.
En 2022, los Cowboys lograron temporadas con doble dígito en triunfos, algo que no ocurría desde 1991-1996, pero de nueva cuenta, quedaron eliminados en Playoffs ante 49ers.
Para este año la gerencia hizo cambios importantes y agresivos, mismos que no se veían hace mucho tiempo.
Dejaron ir a Kellen Moore, su coordinador ofensivo, quien hizo del ataque texano uno de los más productivos en puntos y yardas en Fase Regular, pero en Playoffs, siempre se cayó.
Ezekiel Elliott también se marchó. En contra parte, contrataron al defensivo del año en 2019, el esquinero Stephon Gilmore y al receptor Brandin Cooks, que ha superado las mil yardas en seis de sus nueve temporadas en la NFL.
Con estos cambios se espera que Dallas pueda dar el salto de contendiente a realidad.
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