La victoria de los Kansas City Chiefs ante los Baltimore Ravens el pasado domingo para llegar al Super Bowl por segundo año consecutivo, regaló postales memorables por la celebración de Taylor Swift con Travis Kelce. Sin embargo, la relación amorosa entre la cantante y el ala cerrada también ha provocado teorías de conspiración política en Estados Unidos.
Los rumores que circularon en redes sociales fueron de todo tipo. Desde comentarios de que el éxito de los Chiefs estuvo pactado para que llegaran al juego ante los San Francisco 49ers el próximo domingo 11 de febrero en Las Vegas, hasta afirmaciones de que Taylor y Travis son activos clave en un complot para la reeleción de Joe Biden en 2024 y, por lo tanto, una artimaña 'anti Trump'.
Figuras políticas y mediáticas de derecha, como el excandidato presidencial republicano Vivek Ramaswamy; la activista política, Laura Loomer, y la presentadora de One America News Network, Alison Steinberg, son algunas de las personalidades que han hecho eco de este tipo de acusaciones.
La industria del entretenimiento en Estados Unidos no se ha mantenido ajena a la política, en la cual candidatos y candidatas han tratado de aprovecharse de la fama de estrellas para sus propios intereses. Y en el caso de una figura como Taylor Swift, es la excepción. Tan solo en septiembre, cuando publicó un mensaje en Instagram para animar a sus seguidores a registrarse para votar, la organización apartidista Vote.org tuvo 35 mil registros nuevos.
Su romance con Travis Kelce, dos veces campeón de la NFL y con su propia base de fans, no ha hecho más que incrementar su popularida. En diferentes momentos, ambos han expresado sus posturas políticas abiertamente. En 2020, Taylor apoyó abiertamente a Joe Biden, y el jugador apareció en campañas para promover la doble dosis de vacunas contra la gripe y el Covid-19, lo que generó molestia entre la comunidad antivacunas.
Por ello, ahora que Travis busca el bicampeonato con los Kansas City Chiefs, y que Taylor reanudará su gira The Eras Tour, personalidades de la extrema derecha buscan desacreditarles, en un intento de ganar fuerza de cara a la contienda electoral.