Otro gélido partido se jugará en la Ronda de Comodines de la NFL. Después de lo vivido en el Arrowhead Stadium el pasado sábado 13 de enero, entre los Kansas City Chiefs y los Miami Dolphins, será el turno de los Buffalo Bills y los Pittsburgh Steelers de enfrentarse en extremas condiciones climáticas.
El partido, originalmente programado para la jornada del domingo, se aplazó a este lunes a las 15:30 horas, tiempo de México, por una tormenta de nieve que azotó en la región de Buffalo. Y aunque el clima no ha mejorado desde entonces, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, aseguró que no se reprogramará nuevamente.
La mandataria neoyorquina señaló que el pronóstico es que las temperaturas se mantengan muy bajas este día. No obstante, ya no se esperan los fuertes vientos y la nieve cegadora que representaba una amenaza tanto para jugadores como para espectadores.
"Hay un buen karma jugando en el frío intenso aquí en Buffalo, y eso es lo que esperamos para mañana. Dicho esto, vamos Bills", declaró Hochul el domingo por la noche.
Durante la caída de nieve el sábado pasado en el oeste de Nueva York, el Highmark Stadium, casa de los Bills, tuvo visibilidad casi nula. Y el domingo el equipo reclutó a aficionados y lugareños para ayudar a palear la nieve por 20 dólares la hora.
Estas condiciones de clima extremas llevaron a pensar que el juego se aplazara nuevamente o que cambiara de sede como Atlanta o Cleveland; pero Hochul descartó estas opciones. Por su parte, los Bills hicieron un llamado a los aficionados a "vestirse apropiadamente" por las bajas temperaturas.
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