JOSÉ MORENO
El segundo capítulo en la batalla entre Eli Manning y Tom Brady por un Super Bowl está a horas de iniciar.
Ambos mariscales de campo se han convertido en la principal referencia de sus equipos, son los líderes indiscutibles de sus respectivas escuadras y sin titubeos ellos asumen ese rol.
Manning está a la mitad de su carrera, tiene todavía en su futuro éxitos y fracasos que probar, pero hasta el momento, por sus actuaciones, el camino para ser considerado el mejor quarterback en la historia de los Gigantes de Nueva York marcha sin contratiempos.
Por su parte, Brady es ya un futuro integrante del Salón de la Fama. De ganar el domingo su cuarto anillo de Super Bowl, Tom empataría la marca de Joe Montana y Terry Bradshaw, iniciando el debate si aquel desconocido jugador que llegó a la NFL en la temporada 2000 es el mejor mariscal de todos los tiempos.
En el conjunto neoyorquino, Manning es de bajo perfil, reservado, pero sus exclamaciones y comentarios son tomados con seriedad y autoridad.
Es un jugador que mientras no sea presionado y no cometa errores, encuentra la mejor manera para buscar a sus receptores. Además, es un quarterback que no teme salir de la bolsa de protección.
"Hemos sabido cómo jugar mejor en los momentos de mayor presión. En varias ocasiones las cosas no han salido como queríamos, pero en otras más, gracias al trabajo y a jugar en equipo, hemos alcanzado nuestros objetivos. Esto no se debe a una sola persona sino a todos en general”, indicó Eli, el menor de los Manning y que estará jugando en el Lucas Oil, estadio donde su hermano Peyton ha tenido sus mejores actuaciones.
En Nueva Inglaterra, el alma y el corazón del equipo se llama Tom Brady, él es quien con sus actuaciones ha hecho de esta franquicia la más ganadora de la NFL en el nuevo siglo.
Manning y Brady, paciencia vs liderazgo
FOTO: AP
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| 02 Feb, 2012