CÉSAR HERRERA
Un título de la GP2 Series, categoría antesala de F1, sería, con mucha seguridad, el logro más grande para el automovilismo de México; quizá sólo comparable con los dos Grandes Premios que ganó Pedro Rodríguez en los 70.
Esteban Gutiérrez tiene en este año la oportunidad de escribir una página irrepetible para el deporte nacional, cuando arranque como uno de los favoritos de la GP2 2012. El Campeonato no debe ser sólo un buen deseo. En sentido estricto, es una obligación para el neoleonés, si quiere acreditar su llegada a la máxima categoría en 2013.
Esteban vive una situación similar a la que pasó Sergio Pérez en 2010. Su gran talento ha provocado que las expectativas en él sean enormes. Ni la GP2 ni la F1 esperan verlo durante varias campañas en este serial formador.
Gutiérrez acumuló en 2011, como novato, todo el aprendizaje que le demandará este año. Y aun con su escasa experiencia, Esteban mostró su abrumadora capacidad en varios momentos, como la victoria en Valencia y carreras con rebases magistrales.
Como favorito y con sus manos superdotadas, del mexicano se espera el título o un subcampeonato. Claro, será todo un reto. Los cambios reglamentarios de GP2, sobre todo el uso de dos compuestos de llantas por cada prueba, han hecho que el serial sea en extremo complicado; sin contar que la parrilla está compuesta por jóvenes hambrientos y presionados al extremo para aprovechar esa vitrina.