Los Chargers se mudarán a Los Angeles, donde se sumarán a unos Rams que regresaron esta temporada al segundo mercado mediático más importante de Estados Unidos, y que tendrá dos equipos de la NFL por primera vez en décadas.
La decisión, anunciada este jueves, se produce menos de tres meses después que los residentes de San Diego rechazaron una propuesta patrocinada por el equipo para recaudar mil 150 millones de dólares en impuestos hoteleros para financiar la construcción de un estadio y centro de convenciones por mil 800 millones.
"Después de mucha deliberación, he tomado la decisión de mudar a los Chargers a Los Angeles, empezando en la temporada 2017 de la NFL", explicó Dean Spanos, presidente del equipo en una carta.
"San Diego ha sido nuestra casa por 56 años. Siempre será parte de nuestra identidad, mi familia y yo tenemos sólo gratitud y aprecio por el apoyo y pasión que nuestros fanáticos nos han dado a través de los años", añadió.
Con la mudanza, los Chargers dejan atrás una fanaticada leal que apoyó a jugadores como Dan Fouts, Charlie Joiner y Kellen Winslow en la década de los 70 y 80, y a Junior Seau, Stan Humphries y Natrone Means en el equipo que perdió el Super Bowl de 1994.
Los Chargers podrían alquilar el estadio que se construye en Inglewood para los Rams, si es que utilizan esa opción.