Triplemanía VIII marcó un antes y un después en la historia de AAA. Mini Abismo Negro relata que llegar al Korakuen Hall de Tokio, representó la consumación de su sueño y el de todos los que participaron en esa edición, por poder luchar en un país como Japón.
Abismo no era uno de los estelares por tratarse de un mini y jamás imaginó tener la oportunidad de volar hasta el otro lado del mundo, por eso aún recuerda con agrado esa experiencia.
“Esa experiencia y entrar a AAA fue lo mejor que me pudo haber pasado. Para cualquier luchador su sueño es viajar a Japón, ese día cuando me dijeron no lo creía, fue una experiencia increíble. Fue como ir a otro mundo”, dijo sobre el evento más importante de AAA en el que combatió con Octagoncito.
El luchador contó que conocer otra cultura fue fantástico, pero lo más emotivo en su viaje de hace 17 años fue cómo el público japonés reconocía su personaje aun estando tan lejos de México.
“Cuando salí al ring me dejó impresionado que escuché cómo coreaban mi nombre, eso te obliga a dejar lo mejor, porque si hasta allá te conocen, también uno tiene que mostrar todos los recursos en la lucha”, añadió, aunque aquel 5 de julio de 2000 salió con la derrota.
Las batallas se realizaron ante mil 700 espectadores y fue la segunda que se llevó a cabo fuera de suelo mexicano, ya que la primera parada de Triplemanía IV se celebró en Chicago, Illinois, Estados Unidos. En esos años las Triplemanías se dividían en tres eventos estelares.
“Representar a México como luchador mini y lucir es una sensación en donde no hay palabras para describir lo que se vive”, finalizó el rudo.