Barry Bonds tiene claro que tiene los méritos para ser exaltado al Salón de la Fama del beisbol.
"Sin duda alguna", dijo el rey jonronero en la sede de pretemporada de los Gigantes de San Francisco, donde por una semana fungirá como instructor de bateo.
Bonds, de 49 años, pasó las últimas 15 temporadas de su carrera con San Francisco, despidiéndose en 2007 con 762 jonrones.
Pero sus últimos años en las mayores fueron marcados por la sospecha de dopaje.
¿Algún consejo para los periodistas que no le han dado el voto? "Ustedes son gente adulta. No tengo ningún consejo que darles".
Un tema que no quiso abordar fue el relacionado a Alex Rodríguez, quien está purgando una suspensión de una temporada por dopaje.
Bonds dijo que respeta a Rodríguez y que prefiere hablarle frente a frente, "no en una rueda de prensa".
"Es una alegría poder volver", dijo Bonds. "Se siente bien poder aportarle al deporte que amo. Ojalá que pueda hacerlo con más regularidad. Lo estoy disfrutando".
"Esto me pone nervioso que cuando jugaba, ya que es sólo mi mente y yo. Busco contribuir algo positivo al equipo. Ya será cómo salen las cosas", añadió. "No sé si bueno para esto".
"Soy un personaje distinto. Era otro antes", dijo. "Ahora he tenido un tiempo para tomármelo suave, hacer otras tareas. Necesitaba ese tipo de persona, así era yo entonces. Soy el mismo, pero con una actitud diferente... Mis compañeros solían decir que no jugaban bien cuando me portaba bien. Y me funcionaba".