Mientras algunas federaciones deportivas piden un plan de emergencia por los retrasos en las obras en Río de Janeiro, el presidente del COI Thomas Bach prometió tomar cartas en el asunto para evitar una crisis en los Juegos Olímpicos de 2016.
Bach y otros funcionarios olímpicos dijeron que los retrasos en la construcción y la parálisis política alcanzaron un punto crítico, que obliga al COI a tomar medidas especiales para salvar los Juegos.
"Es hora de tomar medidas", expresó Bach, luego de una ráfaga de críticas y quejas de parte de líderes deportivos internacionales sobre la falta de progreso en Río.
"Compartimos sus preocupaciones", agregó el dirigente del movimiento olímpico. "Las tomaremos en cuenta. Haremos todo lo posible para que estos Juegos sean un éxito".
Bach indicó que la junta del COI se reuniría para discutir la situación de Río y decidir el camino a seguir. No especificó medidas que podrían implementar.
La mayor preocupación es el 'Deodoro', un centro deportivo que albergará las sedes de ocho deportes (tiro, equitación, pentatlón moderno, canotaje-eslálom, rugby, básquetbol, ciclismo y hockey sobre césped). Las obras ni siquiera han comenzado.
Sin descartar por completo la posibilidad de quitarle los Juegos a Brasil, el COI y otros dirigentes olímpicos dejaron en claro que esperan que la justa sea en Río, aunque los cronogramas están bastante apretados.
"Si tomamos medidas ahora, podemos hacerlo y Río puede hacerlo", afirmó Gilbert Felli, el director ejecutivo del COI para los Juegos Olímpicos.