La lucha libre es la representación del bien contra el mal batallando en el cuadrilátero por la supremacia o bien para restablecer el orden. El Santo fue ese personaje pulcro y técnico que vencía a los rudos y dentro de la pantalla grande salvaba al mundo. Estrella de cine por las tardes y luchador durante las noches, El Enmascarado de Plata logró combinar ambos universos y convertirse en una auténtica leyenda de todo el país.
A mediados del siglo pasado, en los Estados Unidos comenzaban a escribirse las historias de humanos con superpoderes que salvaban al mundo. El ídolo de Tulancingo, Hidalgo, sobrepasó los límites del papel a los que se atenían estos seres y se consagró como el superhéroe mexicano de carne y hueso.
Aprovechando el auge que tuvo la lucha libre en México durante de década de los 50s en la denominada “Época de Oro” de este deporte, El Santo tuvo un impacto mediático impresionante y su poder de convocatoria era inusual para aquellos tiempos.
Ver al Enmascarado de Plata en las arenas de la Ciudad de México había pasado de ser un evento dirigido únicamente para los conocedores del pancracio a ser un punto de reunión para aquellos que querían ver al superhéroe mexicano en acción. A diferencia de lo que muchos detractores piensan, El Santo era un luchador completo que si bien tomó mucha fama y reconocimiento en el cine, la realidad es que dentro del encordado era una persona dotada para el deporte de las llaves y contrallaves.
El hijo prodigo de Tulancingo, Hidalgo fue un luchador enmascarado a la antigua de esos que guardan la incógnita en todos lados. El rumor de lo celoso que era Rodolfo Guzmán Huerta con su tapa ha llevado a teorías que afirman que en su propia casa El Santo usaba su máscara.
Despojarse casi por completo de su tapa en televisión abierta fue uno de los hechos que marcó su vida ya que, tal y como si se tratara de un hechizo que unía a Guzman con la máscara plateada, el hombre que le entregó su vida al Enmascarado de Plata dejó el plano terrenal apenas 11 días después de haber mostrado su rostro ante Jacobo Zabludovsky dejando a un país entero sin su máximo ídolo.
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