Un ambiente 100 por ciento hostil fue el que se vivió en AEW Revolution en dónde Kenny Omega acabó con Jon Moxley para retener el campeonato mundial de All-Elite Wrestling en uno de los ‘Death Match’ más atroces deos últimos tiempos.
El ‘Exploding Barbed Wire Death Match’ se convirtió en una carnicería para Moxley quien fue víctima de la violencia desenfrenada de Omega. El combate tenía como estipulación que a los 30 minutos de iniciada la lucha el cuadrilátero explotaría, mientras eso ocurría el canadiense y el estadounidense tendrían que luchar en un ring modificado.
Las cuerdas fueron enrolladas con alambre de púas y al contacto detonaban unas C4 que provocaban mucho más daño ante quien chocaba con ellos. Las esquinas tenían tablas con alambre de púas y a las afueras del ring habían más objetos con el alambre punzocortante que solo estaban colocados para dejar cicatrices en los cuerpos que tuvieran la desdicha de atravesarse en su camino.
Luego de la intervención del Bullet Club, Omega finiquitó el combate con su ‘One Winged Angel’ sobre una silla en la que cayó el cráneo de Moxley. Tras el termino de la lucha el castigo continuó sobre la humanidad del excampeón mundial de AEW. Segundos antes de la detonación Eddie Kingston fue al rescate de Moxley, fracasando en su intento. AEW Revolution terminó con ambos luchadores tendidos sobre el cuadrilátero y siendo atendidos por el personal médico.