Hace 23 años la WWE presentó una de sus modalidades más crueles y violentas en su historia. El Hell in a Cell es un combate que no cualquier superestrella está dispuesta a enfrentar y mucho menos a salir avante del mismo. Esta domingo Randy Orton y Sasha Banks se verán en una situación bastante familiar cuando ingresen a la colosal estructura de metal.
‘The Viper’ y ‘The Boss’ son las superestrellas, en activo, con más apariciones en la Celda Infernal para cada rama dentro de la empresa de los McMahon. Este domingo ambos tienen cuentas pendientes por arreglar en el que podrían ya considerar como su patio de recreo. Orton quiere de una vez por todas proclamarse campeón de la WWE por décima ocasión en su carrera, mientras que el tema con Banks va más allá de un cinturón, ella quiere venganza de la que alguna vez fue su mejor amiga, Bayley.
La experiencia del Asesino de Leyendas en este tipo de combates es amplia. Orton se ha medido ante lo mejor de la industria dentro del monstruo de acero. Undertaker, John Cena y Jeff Hardy son algunos de los personajes con los que se ha tenido que encerrar en Hell in a Cell, con resultados casi siempre favorables para su causa. La superestrella de tercera generación está por ingresar por octava vez al infierno hecho una jaula en donde suma cuatro victorias.
El historial de Banks en estas luchas evidentemente es más corto y de hecho la estructura de 4.9 metros de altura le trae malos recuerdos a ‘La Jefa’. Junto con Charlotte dieron la primera lucha femenil en esta modalidad y el año pasado enfrentó a Becky Lynch en este mismo PPV. Sin embargo, para la desgracia de Banks, ambos combates se cuentan por derrotas para su causa.
Este domingo, las dos superestrellas más experimentadas en este tipo de combates buscarán vencer a los demonios que encierra esta majestuosa obra de arte del castigo humano para cobrar sus cuentas pendientes con su propio destino.
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