Después de nueve meses, la WWE regresó a la Ciudad de México este sábado 22 de julio a la Arena CDMX, con un cartel de lujo, reuniendo a miles de aficionados que se formaron en las entradas del recinto, dando fue augurio de que se vendió hasta el último rincón.
La mayoría del público llegó con playeras y accesorios de Roman Reigns y Cody Rhodes, dos de los luchadores que más expectativas han causado debido a que es poco común que pisen suelo azteca.
Los espectadores entre un rango de edad de 5 a 28 años que no se pierden la oportunidad de ver a sus héroes de carne y hueso favoritos; algunos con pancartas pidiendo a Triple H, jefe creativo de la empresa, de que haga una Wrestlemania en el Estadio Azteca.
"La fanaticada de la WWE ha sido leal a la empresa y merece más, a pesar de que cada año se esfuerzan en la cartelera más que otros países, ya merecemos un RAW, SmackDown o PPV. Sabemos que el problema de la piratería es por el cual no nos quieren dar más, pero ya es hora porque México está siendo excluido", dijo Emmanuel Ramírez, aficionado de hueso colorado.
Otros de los luchadores que no les podía faltar el apoyo mexicano, fueron a Rey Mysterio y Dominik Mysterio, que a través de máscaras y playeras les demostraron que están en casa y con su gente. Al igual que a la facción de LWO con Santos Escobar.
La lluvia no impidió que fanáticos fueran creativos y lucraran para tomar fotos con las réplicas de los campeonatos de la WWE o jóvenes hicieran cosplay de las súper estrellas al ritmo de "Kingdom" y "Visionary", temas de entrada de Cody Rhodes y Seth Rollins, los cuales fueron coreados.
Varios vendedores ambulantes también hicieron su agosto, al vender figuras de acción, máscaras, cinturones de los títulos de la empresa estadounidense y productos oficiales y no tan oficiales.