La apuesta de celebrar las pruebas olímpicas en torno a los icónicos monumentos de París superó las expectativas, ofreciendo imágenes espectaculares que quedarán grabadas en la memoria colectiva.
Desde la innovadora ceremonia de inauguración, con un desfile de barcos en el Sena atravesando el centro histórico de la ciudad, hasta las competiciones en sitios emblemáticos, los Juegos han sido un éxito visual y deportivo.
Competir alrededor de la Torre Eiffel, en la Plaza de la Concordia, en los Inválidos, junto al Sagrado Corazón, en el Sena, en el Palacio de Versalles o dentro del Grand Palais fue un privilegio tanto para los espectadores presentes como para quienes disfrutaron del evento por televisión.
Estos escenarios no solo brindaron un marco inigualable para los atletas, sino que también se convirtieron en una herramienta de promoción turística invaluable para la capital francesa.
Encendido sin llama olímpica
La ceremonia de inauguración culminó de manera impactante con el ‘encendido’ de un pebetero sin fuego real, que simulaba un antiguo globo aerostático, rindiendo homenaje a los hermanos Montgolfier, quienes hicieron volar sus primeros globos en París.
Desde entonces, cada noche, parisinos y turistas se reúnen en los jardines de las Tullerías para observar cómo el pebetero iluminado se eleva sobre el cielo de la ciudad. La alcaldesa Anne Hidalgo ha propuesto que esta instalación se mantenga de forma permanente, una idea que ha sido bien recibida por el primer ministro Gabriel Attal.
Campeones tocan la campana
El Estadio de Francia, ubicado en Saint Denis, fue testigo de emocionantes competiciones de rugby a 7 y atletismo. Los vencedores de cada prueba fueron invitados a tocar una campana situada entre la segunda y la tercera curvas de la pista.
Esta campana, con la inscripción ‘París 2024’, será colocada en la catedral de Notre Dame, actualmente en restauración tras el devastador incendio de 2019, y cuya reinauguración está programada para el próximo 8 de diciembre.
La tradición de tocar la campana rememora el teatro clásico francés, donde tres golpes en el escenario advertían al público del inicio inminente de la función, un gesto que se cree tiene raíces en la Edad Media.
Río Sena contaminado
Uno de los eventos más esperados, las competiciones de natación del triatlón y el maratón en aguas abiertas, se llevaron a cabo finalmente en el Sena, pese a que las intensas lluvias del 26 de julio provocaron un aumento en la contaminación que obligó a cancelar dos jornadas de entrenamientos.
Aunque las autoridades garantizaron que los niveles de contaminación bacteriana estaban dentro de los límites permitidos, algunos deportistas expresaron su preocupación antes y después de competir en las turbias aguas.
La recuperación del Sena, en la que se han invertido 1.400 millones de euros en los últimos años, se perfila como uno de los grandes legados de estos Juegos.