La vida de Humberto Mariles Cortés, nacido el 13 de junio de 1913, estuvo entre el cielo y el infierno. El jinete que descubrió el secreto para tocar la gloria se convirtió en la primera gran leyenda mexicana de los Juegos Olímpicos luego de una actuación legendaria en Londres 1948.
Mariles fue campeón individual en el salto y ayudó a México a ganar una medalla de oro en el evento por equipos también. Además, fue parte fundamental para que el equipo azteca ganara una presea de bronce.
La combinación de ganar medallas olímpicas en salto y evento por equipos se ha logrado 13 veces en la historia olímpica, colocando al mexicano en una selecta lista de la máxima justa deportiva de la humanidad.
Dentro de los logros de Mariles se encuentran los Juegos Panamericanos de 1955, en los que ganó el oro con el equipo de salto (con Roberto Viñals y los no olímpicos Jaime de la Garza y Joaquín D'Harcourt).
Sin embargo, su vida cayó al abismo el 14 de agosto de 1964, cuando Mariles Cortés conducía a su casa después de una fiesta en Ciudad México, momento en el que fue obligado a salirse de la carretera por un pleito en la vía. En el siguiente semáforo, bajó de su auto, sacó una pistola y disparó al otro conductor.
Y aunque después de ser encarcelado fue liberado por indulto presidencial debido a su aporte para el deporte de nuestro país, el 1972 fue arrestado de nuevo, ahora en París, por contrabando de drogas, aunque murió en prisión antes de llegar a juicio.