La superestrella de la gimnasia Simone Biles ganó su noveno campeonato estadounidense el domingo, lo que deja pocas dudas de que a los 27 años y más de una década después de estar en la cima de este deporte, es tan buena como siempre.
Biles registró un total de 119,750 en dos días, casi seis puntos por delante de la subcampeona Skye Blakely y deja pocas dudas de que parece lista para sumar un segundo oro olímpico junto con el que capturó en 2016.
Biles terminó con la puntuación más alta en dos días en los cuatro eventos, algo que solamente había conseguido una vez antes en los campeonatos nacionales (2018), para generar un gran momento de cara a los clasificatorios olímpicos a finales de mes en Minneapolis.
Su único paso en falso el domingo fue en el salto. Se quedó corta en su doble pica Yurchenko (dos volteretas hacia atrás con las manos entrelazadas detrás de las rodillas) durante los calentamientos y compensó en exceso cuando fue necesario, generando tanta fuerza que terminó boca arriba. Aun así, recibió 15,000 por su esfuerzo, un testimonio de un salto que nunca ha sido completado en competencia por otra mujer y que solo lo intentó un grupo selecto de hombres.
No dejó que ello la molestara. Biles se recompuso, respiró hondo un par de veces y luego siguió con un salto Cheng que fue recompensado con un 15,1 y puso a su alcance un noveno título nacional, territorio embriagador considerando que ninguna otra gimnasta en la historia del deporte en los EE.UU. tiene más de siete.
Si bien Biles se mantiene por encima de la refriega como de costumbre, hay mucha competencia por los otros cuatro lugares del equipo estadounidense de cinco mujeres que se dirigirá a París como gran favorito para regresar a lo más alto del podio después de terminar segundo detrás de Rusia en Tokio hace tres años.