La tecnología ha invadido tanto el terreno sexual, que John Danaher, un investigador del Reino Unido, asegura que el paso siguiente en la búsqueda del placer son los burdeles, y no precisamente con prostitutas de carne y hueso, sino con robots capaces de cumplir las fantasías de cada uno de sus usuarios.
El doctor Danaher considera que este tipo de establecimientos acabarían con la violencia sexual, la trata de personas, las enfermedades de transmisión sexual y hasta con los problemas emocionales que suelen tener algunos hombres por la disfunción eréctil.
Aunque la idea apenas está comenzando a germinar en la mente de los empresarios, se cree que en unos cuantos años ya estarán operando en gran parte de Europa, para que después pase a los centros nocturnos de América.
No obstante, su utilización se tiene considerada hasta el 2020 y se desconoce el precio que tendrán, así como los materiales de lo que estarán hechas.