Miles de aficionados de todo el mundo llegaron a Moscú para vivir la fiesta más grande del futbol, Rusia parecía estar listo para ser el perfecto anfitrión, pero la demanda y su poca flexibilidad le jugaron una mala pasada.
Si las entradas al estadio están agotadas, la mejor opción parecía ser el Fan Fest; sin embargo, todos los aficionados que se dieron cita terminaron sufriendo una pésima impresión.
Las autoridades hicieron un cerco de seguridad que obligaba al aficionado a caminar 3 kilómetros para ingresar al Fan Fest, por eso en varios momentos hubo rejas tiradas ante el descontento de la afición que buscaba, a cómo diera lugar, saltarse los protocolos.
El ingreso fue tan lento que las autoridades tuvieron que retener varios portazos. Ya adentro, la fiesta jamás inició. Comprar una cerveza o un refrigerio era igual a formarse dos horas. El arte de servir la cerveza con rapidez que tienen los cubeteros mexicanos es sin duda la carencia más grande de los rusos.
Por eso, justo cuando terminó el primer tiempo, miles de aficionados decidieron abandonar el lugar para buscar experiencias mejores en el centro de Rusia.