Alfredo Moreno y su legado se mantienen vivos en el corazón de la afición necaxista. El cuadro hidrocálido fue el que lo trajo a México y con el que se definió como un goleador nato.
En esta ocasión, su hijo fue el embajador del partido que enfrentó a los rojiblancos contra Rayados de Monterrey, como parte de la tercera jornada de la Liga MX.
El infante entró al terreno de juego en la ceremonia protocolaria para entregar el balón con el que se disputaría el cotejo entre rayos y regiomontanos. Luego, el árbitro recibió el esférico y dio paso al sorteo entre capitanes.
Después de su fructífero paso por Necaxa, Moreno vistió la casaca de clubes como América, San Luis, Tijuana y Celaya. El atacante argentino perdió la vida el pasado mes de diciembre a causa de un cáncer de páncreas.