Muchos se burlaron de Andrés Lillini cuando decía que jugaría la Final del torneo. Hoy Pumas es finalista y lo hizo venciendo todo. Con cuatro goles en contra eran los eliminados, los derrotados, todos hacían a Cruz Azul finalista, pero terminaron eliminados y Universidad peleará por el título.
La loza más grande en su historia era la que Pumas cargaba para el partido de Vuelta, pues Cruz Azul le había metido cuatro goles en el primer partido, por lo que todo, o por lo menos la lógica indicaba que Universidad estaba más que eliminada, pero el infortunio histórico de La Máquina daba para creer que podría pasar cualquier cosa.
Entonces, los felinos, conscientes de que no podían desaprovechar ninguna oportunidad ni tampoco ni un solo minuto, a tan sólo tres de juego, Juan Ignacio Dinenno reavivó la llama de la esperanza auriazul. Y a partir de ahí el partido de Vuelta de la Semifinal se convirtió en un drama total por la inmensa ventaja celeste comenzó a diluirse con la garra puma que no existió en el primer partido, pero que en el segundo fue más fuerte que nunca.
Y justo la recta final de la primera mitad se convirtió en un infierno para los cementeros porque al minuto 38 Dinenno lo volvió a hacer, y de remate al 40 Carlos González hizo el tercer tanto auriazul. Pumas estaba más vivo que nunca porque llevaba tres goles y estaba a uno de dejar a Cruz Azul en el camino y pasar a la Final.
Es cierto, Cruz Azul seguía teniendo la ventaja y lo sabía porque aunque fuera por un gol, el boleto a la Final era celeste. Arrancó la segunda mitad y Universidad parecía ya estar sin opciones, la energía de la primera parte se les terminó; sin embargo, La Máquina tampoco lograba nada.
Entonces, el reloj estaba por detenerse y a los 88 minutos, una desatención celeste quedó en los pies de Juan Pablo Vigón y el segundo capitán felino no perdonó. Marcó el cuarto tanto, el gol que le daba a Pumas el pase a la Final, y con el que ahora tendrán que enfrentarse al León, el mejor equipo del torneo.
