Tal y como lo hizo en sus anteriores gestiones en el futbol mexicano, Ricardo Peláez ha impuesto en el Rebaño Sagrado el método que mejor le ha funcionado en los últimos años, y el que ya ha comenzado a darle a Chivas beneficios.
El primero, y quizás más importante de todos, es la fuerte inversión que suele realizar en su primer año de gestión al frente de una institución para conformar una base sólida de futbolistas, la cual solamente irá retocando torneo tras torneo.
Por otra parte, Peláez Linares prioriza la comunión entre calidad y cantidad, por lo que gusta de conformar plantillas con dos y hasta tres futbolistas por posición, porque sabe que la competencia interna es lo mejor para el equipo, ya que eleva el nivel de cada futbolista.
Otra de las tácticas infalibles de quien ya encabezó las directivas de América y Cruz Azul se basa en la combinación de experiencia y juventud, tal y como lo demuestran las contrataciones de Uriel Antuna y José Madueña, además del inminente regreso de José Juan Vázquez.
A pesar de ello, una de las cualidades más representativas del método Peláez radica en la comunicación y vínculo que forma entre directiva, cuerpo técnico y jugadores, además de los empleados que conforman a la entidad en turno, como lo son jardineros y cocineros, entre otros elementos.
Cabe destacar que su primera decisión como director deportivo del Guadalajara fue la elección de un timonel, que en este caso fue la ratificación de Luis Fernando Tena en el banquillo, y para la cual fue fundamental la opinión del plantel tapatío. Dicha situación se asemeja con lo vivido en Cruz Azul, donde apostó por la continuidad de Pedro Caixinha, a quien no eligió desde el principio.
