En un torneo donde apenas se promedian dos goles por partido, era de esperarse que dos de las tres mejores defensivas de la Liga MX se llevaran los reflectores. Atlas y Cruz Azul se lucieron, pero en la retaguardia para desarmar las intenciones del rival. Se volvió ‘El juego del error’.
Y no fue por planteamientos que pecaran de tímidos, pues aunque lo intentaron, llegó siempre oportuna la pierna para destruir o la atajada salvadora. Hasta la cancha jugó su papel: hizo resbalar al Cabecita cuando estaba listo para fusilar a Camilo. El VAR no se quedó atrás: le corrigió la plana al árbitro Rojas, resbalón de Quiñones y no sancionó penalti. Catálogo de recursos para la academia de cómo colgar un cero.
Tampoco es que el motor no amenazara con prenderse dinámico, pues Atlas tenía dos pistones por izquierda: Quiñones cuando dejaba el centro para acarrear balón, y Chalá en la banda asignada. Los padeció Riveros, no sabía a cuál marcar; incluso Yotún, que llegó al relevo y se salvó de la segunda amarilla.
La línea azul de cinco atrás resolvió con maestría, con Aguilar como eterno comandante. Parece esquivar el tiempo. Lo que no conectó fue el ataque, su mayor peligro del primer tiempo fue un disparo lejano de Angulo, desviado por la zaga, pasó apenas por arriba del travesaño.
Orbelín entró para cambiar la cara celeste a una más agresiva en el complemento. Pero el que se encendió fue el rosa de los Zorros, que se volvieron un ciclón. Corona se creció: atajadón a disparo a quemarropa de Furch.
Romo recupera las virtudes de escudo, recuperando y repartiendo, el problema de La Máquina es que fue normalmente hacia atrás. Ni Santi ni Monotoya lograron provocar la revolución. Reynoso prefirió asegurar, mandó a Baca y al Cata, para quitarle responsabilidad atrás a Rivero, quien subió ahora por izquierda y tuvo uno de los últimos disparos apenas desviado.
Duelo sin goles para los amantes del Calcio y el arte de cómo evitar el gol. Atlas se agarra de la segunda plaza de la general, con la mejor zaga del torneo, mientras Cruz Azul no levanta para ingresar a zona de Liguilla. Ofensivas ahogadas, como las tortas afuera del Jalisco.