Las cábalas son parte del futbol y algunos consideran que la suerte influye en los resultados. Aunque en el torneo 1990-91 Pumas no tenía un técnico que dependiera del azar, prefirieron no dejar cabos sueltos y jugar con el uniforme azul, vestimenta que les podía favorecer.
En menos de una década, los universitarios estaban por disputar su tercera final contra el América. En los torneos 1985 y 1988 las Águilas les arrebataron el título, ambas derrotas con una característica peculiar: jugaron con el uniforme blanco, pero decididos a cambiar la historia, el técnico Miguel Mejía Barón, les dijo que jugarían con la indumentaria de visitante.
"Supongo que cada uno teníamos nuestras cábalas, pero en esa Final Miguel dijo, él nunca fue un tipo cabalero era un tipo de trabajo, pero decía: ‘Hemos perdido dos finales vestidos de blanco’ y dijo ‘bueno vamos a echarle la mano a la suerte, no vamos a jugar de blanco vamos a jugar de azul y oro”, declaró Luis García para RÉCORD.
Creyeran o no en supersticiones, jugaron la Final de Vuelta con el uniforme azul y aunque se presentaron con desventaja de 3-1, hicieron posible la hazaña de vencer al América y ese título, desde la perspectiva de García, no la ganaron por la vestimenta, sino por su esfuerzo.
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“Era uno de los tres colores que nos representaba, mucho más por supuesto el auriazul, pero aquí fue más el azul y oro, azul el uniforme y el Puma era en color oro y acabamos ganando, más allá de una cábala, insisto no ganamos por jugar de azul pero como dijo Miguel ‘vamos a echarle una mano a la suerte’", dijo.
La confianza en su juego estaba más allá de la suerte y el exdelantero Juan Carlos Vera, tenía incluso la convicción de que podían imponerse: “Lo imposible, lo logramos, confiábamos que íbamos a ganar, se tenía que meter un gol, pero si era necesario metíamos dos, o tres”, aseguró.