El destino se ha encargado de cruzar constantemente a nuestro país con el nuevo entrenador del América.
La relación de Santiago Solari con México viene desde su infancia. Muy pequeño vivió en Guadalajara cuando Eduardo Solari, su padre, dirigió al Atlas.
En 1997, cuando jugaba en las divisiones inferiores de River Plate, estuvo de vacaciones en Morelia cuando su papá dirigía a los entonces Ates; en aquella ocasión me tocó cubrir esa pretemporada que realizó el equipo en un campo de golf en Michoacán a mediados de los noventas, en medio de todos los jugadores corría un joven bastante delgado, alto y con el pelo largo, era Santiago, que estaba de visita con su familia y aprovechó para entrenar con el equipo moreliano, antes de regresar con su club.
Pero esta no será la primera vez que el apellido Solari aparece en el banquillo de Coapa. En ese mismo año, su tío Jorge 'El Indio' Solari tomó el mando del América. El primer torneo fue líder general, pero en Cuartos de Final trágicamente fue eliminado por Morelia. Para el segundo torneo, fue cesado a una semana de terminar la competencia con el equipo ubicado en cuarto lugar.
Dos años después, lo encontré de nueva cuenta cuando regresó a México, para jugar la Copa Libertadores de América pero como titular de River Plate, con jugadores de la categoría de Marcelo Salas, Juan Pablo Ángel, Pablito Aimar, Eduardo Berizzo, entre otros. El rival en estos caprichos de la vida, fueron las Águilas, y no solo las eliminaron con global de 2-1, sino que además le marcó gol al arquero Hugo Pineda.
Después su carrera apuntó a España, específicamente con el Real Madrid. Jugó con su primo político Fernando Redondo.
La tercera ocasión que lo pude ver fue en la librería deportiva Esteban Sanz, muy famosa en la calle de La Paz de la ciudad madrileña. Ojeaba libros y me llamó la atención al llegar a la caja y ver que se llevaba seis o siete libros (me quedó claro su gusto por la lectura).
En el 2007, Esteban, su hermano menor, fue fichado por Pumas, donde jugó como centrodelantero. De nueva cuenta Santiago tenía un motivo para voltear a México.
Más tarde jugó en Italia y sobre el final de su carrera me tocó verlo de nueva cuenta, pero en esta ocasión fue en el caribe mexicano. Participó en 38 partidos con el Atlante, la clase nunca la perdió pero físicamente no pasaba su mejor momento. Estuvo dos torneos y se fue a retirar en Uruguay con el Peñarol.
Ahora llega como entrenador con 32 partidos dirigidos con el Real Madrid, parece un número menor, pero bajó la presión en la que se vive en ese club puede ser el equivalente a una vida en otro equipo.
La única duda es si México se cruza en el camino de Santiago Solari ó por alguna razón él encuentra motivos para seguir ligado a México.
De niño vivió en nuestro país, de joven vino de vacaciones, como jugador fue rival y después parte de la Liga MX; ahora llega en la faceta de entrenador. Demasiadas coincidencias en una sola vida.
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