Chivas arruinó la fiesta azulcrema. En un Clásico Nacional de mucha intensidad, Guadalajara mostró más ganas de ir a la Final y superó con jerarquía 1-3 al América que se quedó saboreando la 14 una vez más firmando un fracaso humillante.
La euforia americanista con la que arrancó el partido llegó a su fin de golpe cuando Ronaldo Cisneros hizo que Luis Ángel Malagón y Sebastián Cáceres terminaran en el suelo con un amague aprovechando una asistencia brillante de Roberto Alvarado, quien arrastró la pelota prácticamente de área a área quitándose a todo amarillo que se puso en su camino.
Las Águilas intentaron reaccionar con el gol rojiblanco, pero más que una reacción mostraron desesperación y por momentos frustración, pues en todo el primer tiempo no lograron generar ninguna acción de peligro, ni tirar una sola vez al arco, fueron las Chivas las que estuvieron más cerca del segundo.
Pero como contra San Luis, el descanso sirvió para que el equipo replanteara ideas y salieran mejor para lo que restaba del partido, y así fue, ya que no pasaron ni diez minutos para que Diego Valdés empatara el partido con un cabezazo a mano cruzado para hacer explotar al Estadio Azteca.
Parecía sería trámite el resto del partido, pero una locura de Álvaro Fidalgo dejó en desventaja a los de Coapa y Chivas se llenó de energía, tomaron control del partido nuevamente y arrinconaron al América ante el "Chivas, Chivas" que ya retumbaba en el Azteca.
Entonces en una jugada infantil Guadalajara sorprendió con acción fabricada en un tiro libre y Alan Mozo que apareció en la media luna completamente solo disparó cruzado para recuperar la ventaja, provocando el enojo de Valdés que repartió regaños a media plantilla.
Y a minutos del final Chiquete Orozco puso la estocada final con un remate de cabeza para poner el tercer tanto a su favor, anotación que le dio el boleto a la gran final del futbol mexicano.