El terremoto que sacudió a México el pasado 19 de septiembre, el cual cobró mas de 200 vidas y dejó sin hogar a muchas familias, fue una prueba bastante dura para que el pueblo mexicano le demostrara al mundo de qué está hecho.
Ejemplo de ello y que a todos nos eriza la piel, fue el momento en el que luego de terminar las labores de rescate en la colonia Condesa, fuerzas armadas, brigadistas y voluntarios se unieron en una sola voz para entonar el Himno Nacional.
Una café y una pieza de pan, provistos por los miles de ciudadanos que acudieron a ayudar, fueron parte fundamental para que los voluntarios encargados de remover escombros tuvieran fuerzas para continuar con el rescate.
Mujeres y hombres se unieron para quitar piedra por piedra y hacer hasta lo imposible por encontrar a más personas con vida luego de la tragedia.
La señal de la esperanza: un puño cerrado que indicaba silencio para escuchar a las personas que estuvieran atrapadas entre los escombros pidiendo ayuda.
La ayuda no paró. Miles de víveres, ropa, medicamentos y material de curación fueron donados por los mexicanos para asistir a los damnificados que perdieron todo a causa del terremoto.
Heridas que sanaron con sonrisas. Payasos y magos pintaron un mundo de colores para los pequeños que se encuentran en los albergues improvisados para aquellos que perdieron todo, menos el brillo en los ojos.
Un abrazo inesperado para consolar a las personas que perdieron a un ser querido es de las mejores muestras de solidaridad que se pueden tener cuando se atraviesa por una tragedia.
Doctores, enfermeras, arquitectos, ingenieros civiles, fisioterapeutas, soldadores, carpinteros, cocineros y muchos más salieron a las calles a ofrecer gratuitamente sus servicios para que los brigadistas pudieran continuar con el trabajo de rescate.
Las mascotas no fueron olvidadas, personas y veterinarias recibieron a los animales rescatados o extraviados. Por redes sociales se inició la búsqueda de sus dueños o de personas interesas en adoptarlos.
Y cómo olvidarnos de ellos, si fueron parte importantísima durante la localización de personas que quedaron atrapadas entre los escombros. Perros rescatistas como Frida, Evil, Eco,Titán y Chichí, que con equipos especiales olfatearon y salvaron muchas vidas.
Estos fueron algunos de los miles de gestos que las personas realizaron para levantar a su pueblo, actos que a cualquiera hacen sentir orgullo de ser mexicano.