El Clásico de la Concacaf no sólo será la disputa por el título de la Nations League sino también entre una política opuesta de generación de futbolistas. México se ha caracterizado por ser un balompié encargado de formar jugadores y exportarlos con cierto recorrido, mientras que Estados Unidos cuenta con múltiples elementos que han adquirido sus bases en otros países.
Tomando en cuenta a los convocados para este Final Four de parte de ambos combinados nacionales, todos los que representan al Tricolor son jugadores que culminaron un proceso formativo en la Liga MX y posteriormente emigran a Europa.
Algunos de los ejemplos más claros son Hirving Lozano que debutó en Pachuca, Andrés Guardado que inició su carrera en Atlas o Jesús ‘Tecatito’ Corona que militó desde divisiones inferiores en Rayados antes de probar suerte en otra nación.
Por su parte, de los 23 seleccionados en el representativo de las ‘Barras y las Estrellas’, solamente nueve comenzaron su recorrido como futbolistas en escuadras universitarias o filiales de la MLS, mientras que los 14 restantes han recibido las bases del balompié en países del Viejo Continente.
En la mayoría de las ocasiones esta situación se ha debido a que los niños parten de Estados Unidos para vivir en otro país, donde comienzan a jugar futbol y son fichados por escuadras profesionales por su proceso de scouting.
Alemania se ha convertido en un semillero de jugadores estadounidenses, ya que seis elementos que están en la justa de la Concacaf fueron formados por clubes de la Bundesliga, donde sobresale Christian Pulisic o Weston McKennie, quienes son surgidos de las inferiores del Borussia Dortmund y Schalke 04, respectivamente.
Las otras naciones que han colaborado en la formación de los futbolistas del vecino del norte han sido Inglaterra con cuatro; mientras que Francia lo ha hecho con dos, mientras que Holanda y Noruega con uno cada uno.