El regreso de la afición al Estadio Azteca para apoyar a la Selección Mexicana se vio opacado por la presencia del grito homofóbico.
Durante la segunda mitad y después de una serie de jugadas de alta tensión dentro del campo, la afición mexicana se metió contra el portero de Canadá y el central del encuentro no dudó en ejecutar el protocolo de Concacaf para combatir la discriminación.
Lastimosamente, el partido tuvo que ser detenido durante algunos minutos a pesar de que durante el descanso la Selección Mexicana hizo un gran esfuerzo para recodarle a la afición lo importante que es alejar estas prácticas del futbol mexicano.
Cabe destacar que durante los despejes previos de Canadá, el sonido local lanzó el grito de "¡México!" a todo volumen para contagiar al público.
De acuerdo con el protocolo contra el grito homofóbico, una vez reanudado el encuentro, en caso de que se vuelva a escuchar la expresión, el árbitro tiene la autoridad de llevarse a los jugadores a los vestidores por un lapso de cinco minutos.
Si después de esto, se sigue presentando el grito, el estadio podría ser sancionado con un veto para los siguientes compromisos.