Mucho se ha hablado de la Asociación Mexicana de Árbitros (AMA) en los últimos días, pero poco se sabe de este gremio que ‘protege’ los derechos de los silbantes mexicanos. RÉCORD pudo saber cómo opera y que no todo es color de rosa en el organismo que se fundó en el verano de 2014, ya que hay un sector que no está conforme con la manera en cómo las cabezas del grupo se están manejando.
La molestia al interior del organismo es clara, se sienten defraudados por los dirigentes de la AMA, porque la igualdad de oportunidades de trabajo que ofrecieron durante su fundación se fue diluyendo con el paso del tiempo, y es que aseguran que ahora se maneja todo por compadrazgo.
“Al inicio nos sentimos honrados de que los árbitros hicieran esto (AMA), de que fueran un parteaguas en el futbol mexicano. Pero los cuatro dirigentes que son Roberto García Orozco, Paul Delgadillo, Francisco Chacón y José Luis Camargo agarraron la batuta y fue para ellos. Una asociación se hace para ayudar, pero empezaron a correr árbitros, decían que se había terminado su ciclo y así los echaron.
“Los ‘Cuatro Fantásticos’ comenzaron a adueñarse. La AMA es la mentira más grande que hay, era muy bonito en el papel, pero no era así, ellos querían adueñarse, seguir mamando de la ubre”, explica una fuente que pidió el anonimato.
Y aunque muchos de estos inconformes pagan su cuota anual para ser parte del organismo, que va de los mil 200 hasta los seis mil pesos, según la categoría a la que pertenezca el nazareno, éstos refieren que sólo se unieron al grupo porque “la mayoría está adentro del gremio y no quedaba de otra más que sumarte para no quedar fuera del grupo. Cuando se forma la asociación inician las cuotas, todos ponían su dinero, pero al momento que la Federación designaba, la AMA no decía nada, estaban en contubernio, no se dieron cuenta que abajo había gente muy inconforme”, añade la fuente.
Se sabe que hay algunos silbantes que han decidido no formar parte de la AMA, prefieren mantenerse autónomos, los claros ejemplos en la Primera División son el juez central Fernando Guerrero y el abanderado Pablo Luna; mientras que en el Ascenso, Segunda y Tercera División, hay otros que han tomado la misma línea de mantenerse alejados del organismo.
NO PODÍAN SER DEMANDADOS
Una vez que los silbantes decidieron irse a ‘paro’ y no presentarse para la Fecha 10 de la Liga MX, éstos sabían que no podían ser demandados, ya que no tienen un contrato que los ligue de forma directa con la Liga, pues los nazarenos son ‘prestadores de servicios’ o ‘freelance’, por lo que no había forma de que los directivos de la Liga pudieran tomar acciones legales en contra de ellos.