Tigres se corona frente a un Puma aguerrido

Damián Álvarez llora al levantar el trofeo del A2015
Damián Álvarez llora al levantar el trofeo del A2015
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IMAGO7
REDACCIÓN RÉCORD
| 13 Dic, 2015

Pumas compitió contra el reloj en el Estadio Olímpico Universitario. Con garra y corazón, el conjunto local saltó al césped con la determinación necesaria de lograr una remontada épica; sin embargo, perdió la batalla con el tiempo y sucumbió ante el colmillo retorcido de los Tigres.

El empate estuvo cerca. Los goles de la esperanza llegaron en el momento adecuado, pero la experiencia regiomontana bastó para apagar las alarmas de la remontada cuando el inmueble del Pedregal vivía su punto más alto. El festejo en patio ajeno era casi inminente.

Eduardo Herrera se encargó de despertar al graderío. Al 44', el espigado delantero aprovechó un rebote en el área chica para abrir la cuenta. El 1-0 desató el desconcierto de los norteños cuando se perfilaban para mantener el cero durante la primera mitad.

Pumas regresó del vestidor a ritmo trepidante. El ingreso de Fidel Martínez cambió la cara a los anfitriones, que se mostraban deseosos de regalar una nueva alegría a los fieles seguidores que les acompañaron en un horario atípico, pero con la pasión de siempre.

Al 54', un servicio de Fidel, desde el costado izquierdo, desembocó en un remate de cabeza lleno de fortuna. El charrúa, que no se destaca por el portento físico, se levantó con valentía y cabeceó determinado; un resbalón de Nahuel Guzmán cooperó con la causa y el 2-0 fue inevitable.

El resto del encuentro transcurrió como un suplicio para los dirigidos por Guillermo Vázquez Jr.; los suyos se volcaron al frente con rigor, pero el esfuerzo nunca fue suficiente. Ricardo Ferretti empeñó toda su experiencia en adecuar a la defensiva, y coqueteó peligrosamente a su destino.

Todas las modificaciones del Tuca fueron defensivas, y más tarde que temprano pagó el precio de su osadía. Al 87', Silvio Torales, recién ingresado por parte de Pumas, añadió la cuota de dramatismo que nunca puede faltar cuando los de azul y oro saltan al empastado.

El paraguayo apareció cuando nadie lo esperaba, con sólo 10 minutos en la presente campaña, y sacudió las redes para enviar al partido a Tiempo Extra, y a su vez, despertar una nueva esperanza para el anfitrión, que se quedó con 10 tras una barrida imprudente de Lalo Herrera.

 

 

El primer tiempo adicional fue de estudio; ambos equipos se limitaron en el arrojo, y pensaron primero en protegerse que en lastimar al contrario. La paciencia rindió frutos para el visitante, mucho más sereno con el esférico en los pies.

No podía ser de otra forma, y André-Pierre Gignac brindó un nuevo respiro a Tigres. Al 102', el francés mostró su jerarquía al interior del área: controló de espaldas, dio la vuelta y remató fúrico, de volea, puso el 4-3, pero a esta historia le restaba lo mejor.

Al 118', Gerardo Alcoba, un delantero improvisado, logró el 4-4 y se encargó de poner el punto y final al Tiempo Extra. Con más empuje que precisión, el central anotó el último gol del campeonato y mandó el partido a los once pasos, donde el destino sonrió al más preciso.

Pumas falló en dos ocasiones desde la mancha de cal; Fidel Martínez y Javier Cortés erraron en la hora clave, en el momento que separa la gloria del fracaso, y facilitaron la misión a los del Volcán, que anotaron cada vez que patearon a puerta.

 

 

Gignac, Juninho, Rivas e Israel Jiménez, fueron los héroes del cuarto título a la institución que representan; mostraron una mentalidad inquebrantable y cerraron un semestre en el que deslumbraron gracias a grandes actuaciones.

 

 

El 4-2 en la tanda de penaltis premió la paciencia del felino del norte; la hombrada se logró en el partido 23 de un torneo con final cardíaco, pero que prevalecerá en la memoria colectiva gracias a cada vibrante grito de gol.

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